Leopoldo Abadía en el Foro de Encuentros culturales el proximo dia 19 de diciembre
«Abuelos al borde de un ataque de nervios» un libro entrañable para disfrutar de la familia
Amparo de la Gama
Leopoldo Abadía se lanza en su nuevo libro a conversar sobre sus 48 nietos, reflexionando, con su habitual sensatez y sentido del humor, sobre la vida y los temas cotidianos con los que tanto nos identificamos. Un libro conmovedor para todos aquellos que son abuelos: el cariño incondicional hacia sus nietos, lo poco que se entienden en ocasiones, el cambio generacional». Un texto entrañable para aprender a disfrutar de la familia. Cincuenta y nueva años junto a su mujer, y cuarenta y ocho nietos. «Es decir, que uno de cada millón de españoles, es nieto suyo. El título tiene que ver precisamente con ese inevitable choque generacional, y en cómo Abadía, con esa visión tan suya de la vida, lo aborda. «También me preguntan que cómo me llevo con los nietos. De acuerdo. Con 48 nietos, y la mujer del mayor —que la considero nieta también—, en realidad son 49. De hecho, hemos casado al mayor y hemos bautizado al pequeño. Por tanto, con uno hablo y el otro se me hace pis encima. ¡Mi relación con este último es la menor posible!», advierte. «Mi hijo mayor, que es el segundo, se fue a México a trabajar y se llevó a 7 de sus hijos, dejándome a tres en casa. Es decir, que podemos decir que «he tenido tres hijos últimamente». Con estos la relación es muy agradable. Me cuentan todo. Es formidable. Mi mujer y yo sonreímos, nos sentamos a escucharles y… En confianza, no les entiendo casi nada de lo que me cuentan. Son 48 personas muy distintas y variadas».
Hablar con los hijos
Lo que no hay que admitir, añade, «es que un niño esté comiendo contigo y mirando otra cosa. La TV se ve en familia, pero mientras comemos, por supuesto que nada de móvil. Si no tienes adminículos, algo se te ocurrirá para hablar. Ya sé que a veces papá y mamá llegan cansados a casa y no se les ocurre tema de conversación… en ese caso habrá que preparárselo. Una cosa que hay que conseguir es que los chavales te cuenten cosas, que por otra parte suele ser cuando a ellos les apetece, no cuando a ti te apetece», apunta.
Desde su experiencia con youtubers, nietos… ¿Qué cosas entiende Leopoldo Abadía que son buenas, y qué cosas echa en falta? «Muchas veces le pregunto a mi mujer si éramos así, y me responde que sí. Pero creo que nosotros éramos austeros. Hombre, claro. En teléfono móvil no gastaba nada, porque no se había inventado. En TV tampoco, pues no había. En gasolina nada, coche no tenía. Es verdad que ahora es más difícil. Me parece que los chavales, la juventud, tiene cosas buenas y malas, pero como las hemos tenido siempre todos».
Y aclara: «Hay cosas que no hacíamos nosotros, por ejemplo, el tema del voluntariado. Tengo una nieta que acaba de pasar un mes en Tánger atendiendo a gente, y que ahora está en Santa Marta. Te manda fotos y te preguntas: ¿pero esta cría donde está? Eso es una cosa muy buena», remarca. Otra es, señala, que «se manejan por el mundo fenomenal. Nosotros íbamos a Hendaya y decías «he ido a Francia». Y volvías a casa corriendo. Sin embargo ahora mis nietos no paran. Tengo uno por ejemplo que este año es la segunda vez que asiste a una boda en Washington D. C., y no tiene dos reales. Como soy muy mayor ya solo voy en business, con lo cual no voy a Washington». «Tienen una movilidad y un dominio del mundo que no teníamos nosotros», concluye.
Mis nietos me adoran
¿Qué mundo vamos a dejar a nuestros hijos? «Me costaba responder. Hasta que encontré la respuesta: Lo importante es qué hijos vamos a dejar en este mundo.Vas al mar, y es una maravilla, a la montaña, y es una maravilla… Lo que hay que dejar es hijos limpios, majos, educados, leales… No crápulas, falsos, mentirosos o trepas que van a lo suyo. Los hijos que vamos a dejar en este mundo dependen de ti, si les educas bien, será una maravilla, sino un desastre».
Sin embargo, ellos le adoran. «Los nietos sí que me admiran. Me dicen ¿tú eres famoso, verdad? Sí». Lo que le lleva a reflexionar que «en España hay dos clases sociales, los que salen en TV y el periódico y los que no. Es lo más que te puede pasar en España. Y ya si sales en TV y en el periódico, la monda. Si sales en la contra de un diario es como tener un título de Harvard. De verdad, no disfruto de los nietos no porque no quiera, hablo un poco con ellos, alguna vez les invito a merendar… Les quiero mucho, pero punto».
La muerte a los 84 años
Una persona con tanta energía… ¿no se cansa nunca? «Muchísimo, pero no lo digo. Una cosa buena es no decir. Cuando llegas a 84 años, y te preguntan, no puedes ser un diagnóstico andante, tipo: Las piernas mal, la izquierda desde que tengo la ciática ¡uf!, la respiración cual… Eso no. Hay que responder: «preocupadamente bien». Respuestas de síntesis. Para que el otro piense: este tío está estupendamente. A nadie le importa qué tal estás. Te cansas muchísimo. Ya está. Pues procuras dormir mejor por la noche. ¿No le duele nada? Casi todo. Pero a nadie le importa. Me parece que no hay que amargar la vida a la gente», insiste.