(Amparo de la Gama) Lloviera o nevase, el sacerdote Guillermo Nevado no ha dejado ni un solo día de coger su escoba en Madrid, para limpiar las calles de la ciudad. Lo hacia después de dar la misa a los feligreses y con mucho atino, tomaba su “mocho y daba lustre a las aceras del barrio para estar con los mas necesitados”. Ahora acaba de cumplir 90 años y como él mismo dice, “no le gustan los elogios porque no se lleva muy bien con su sonotone y se ha quedado sordo”. Pero la Iglesia ha reconocido la valía de este “pequeño, gran hombre” y ha sido homenajeado estos días en la Iglesia de San Antón, por sus meritos de haber estado siempre cerca de las clases más humildes ejerciendo de barrendero durante 25 años hasta su jubilación en el barrio de Vallecas (Madrid). El sacerdote nos explica que: “Cada barrida que hacía en las aceras, siempre me acercaba más a Dios”. El jefe del Área de Gobierno de Medio Ambiente y Movilidad, Francisco de Borja Carabante, y el padre Ángel tuvieron las mejores palabras para “Don Guillermo”, en el día que colgó su escoba y la puso delante del altar mayor para que siempre le acompañe en el templo,
“Fui barrendero porque no podía ser cura-albañil”
Guillermo Nevado es el cura barrendero mas venerado entre la curia de Madrid. Su quehacer ha llegado hasta el mismo Vaticano y el papa Francisco ha ponderado su labor. El mismo recuerda que: “Toribio Pérez y Candido Bajo de la orden claretiana fueron mis pigamaliones. No paraban de decirme: tu formación es escasa y lagrimas de sangre me costo sacar el seminario. Pero al final lo conseguí “. En1963 se ordenó sacerdote en Salamanca con el cardenal Larraona y le ofrecieron un colegio de Segovia para trabajar. Pero él, que ya por aquel entonces seguía la senda de la rebeldía, “y como no tenia aun muy asumido el voto de obediencia, deje el colegio y pedí el barrio de Vallecas donde los Claretianos tenia la parroquia y allí me ubique”. El padre Guillermo se había propuesto dar testimonio ante los pobres. “En aquel lugar todo el mundo trabajaba mucho, pero como yo era muy bajito no me veía la construcción, que era donde trabajan todos, así que me hice barrendero del ayuntamiento de Madrid. Que estaba mas a mi altura (bromea)”. Allí convivió con todo tipo de personas y recuerda especialmente a Jaime, el hijo del principal accionista del banco hispanoamericano, “que vivía en un barracon que era ni de adobe”. El nombre de” don Guillermo” se hizo muy conocido cuando, decidió hacerse barrendero para acompañar a los trabajadores de este gremio, en aquel entonces con condiciones muy precarias. Su objetivo era predicar a los más pobre y nunca quiso que nadie ponderara su labor. Vivió en las calles la dictadura de Franco, la transición y la transformación que la Iglesia Católica vivió con Pablo Sexto. Todo con calma y midiendo los tiempos. Ahora que está jubilado dice que hace “lo que me da la gana. Pero siempre convencido de que mi pensamiento me mueve a ver el milagro de dios que busca al hombre desde el primer hálito de vida”.
La iglesia obrera de Vallecas
El 24 de abril de 1965 nace la parroquia Nuestra Señora de la Aurora. Por allí, anduvo ya de joven Guillermo Nevado que con el «Proyecto Aurora» de atención a drogodependientes, en coordinación con el Proyecto Hombre también ayudo a los más necesitados. En un barrio que lleva las heridas de la droga, la marginación y, ahora, la inmigración; más del cuarenta por ciento de sus habitantes de origen marroquí, africanos, ecuatorianos, algunas familias del este de Europa y, en los últimos meses, familias procedentes de Venezuela. Vallecas, como dice el padre Guillermo «es un barrio especial». También por su historia, esa historia de los años setenta, Puente de los Tres ojos, las Californias, el Huerto del Cura, el Corralón. Y ahí la presencia de la Iglesia y de las Congregaciones religiosas.
El padre Guillermo guarda ahora como oro en paño la placa que le ha dado en el Ayuntamiento de Madrid, el día de la Jornada de los Pobres, que a iniciativa del Papa Francisco viene celebrándose desde hace tres años y que el Padre Ángel ha rescatado en la Iglesia de San Antón. “Los pobres son tratados como basura, sin embargo, el Reino de Dios les pertenece y en ellos hay un poder salvador”, afirma el Papa Francisco en sus reflexiones a propósito de esta III Jornada mundial de los Pobres cuyo lema es “La esperanza de los pobres nunca se frustrará”. La Eucaristía que celebro el cardenal Osoro, arzobispo de Madrid, la recuerda el padre Guillermo como uno de sus mejores cumpleaños: “Seguiré colaborando en esta Iglesia hasta que no me sostengan mis piernas…. Y mi escoba siempre presente”.