Sean Hepburn: “Audrey Hepburn llego a comer galletas de perro para matar el hambre”

abril 28, 2020 Amparo de la Gama

 

(Amparo de la Gama) Sean Hepburn el hijo de Audrey, el icono del cine americano,  en devoto del arte de su madre la mitica actriz del celuloide. El primogenito  de la dama con elegancia Hollywood  atendió a Encuentros en Marbella en una entrevista en la que nos confeso que “Nada es como parece y se ve. La vida de mi madre, no fue fácil y hasta llego a comer galletas de perro para matar el hambre”.  En la intimidad del cine fue Audrey quien nos hizo  creer que los guantes y la personalidad del personaje eran su segunda piel. Pero nada mas alejado de la realidad. “Fue una madre fantástica. Nada que ver con la aparentemente amoral y alocada Holly Golightly, de pasado tormentoso  que ahogaba en el glamour más impostado sus debilidades y que ella  tuvo que interpretar en su film “Desayuno Con Diamantes”. Sus personajes nunca la atrapaban  “Sobre esa película se un poco yo porque también estaba allí- bromea Sean con este portal- mi madre estaba embarazada de mi en ese rodaje. Estaba de tres meses. Increíble? Si pero cierto”. Este papel, sin lugar a dudas el más popular de su carrera, estaba originariamente pensado para Marilyn Monroe y sin embargo fue “su película sagrada de ese momento porque  irradiaba tanta luz al llevar una vida dentro que era yo”, aduce su hijo.  Audrey Hepburn tenía una capacidad de encantamiento que no se desvaneció nunca ante su familia. Es por eso que su hijo Sean decidió retomar el testigo de su  vida y escribir las memorias espirituales de su madre “Hay quien ha escrito la biografía  de ella, pero yo solo he hecho sus memorias espirituales de mi madre. Es decir ha sido como colorar la parte espiritual a través de las conversaciones que ella me contó en sus últimas semanas de vida. Fue algo intimo e inolvidable” el éxito ha sido tal que se han vendido mas de un millón de copias”. Sean no olvida su legado. «Ella creía que lo barato termina saliendo caro y lo caro termina siendo barato. Es mejor comprar un buen par de zapatos que usarás mucho tiempo que comprar varios pares baratos que durarán poco. Cuida tu ropa porque es la primera impresión que das».

 

Enigma y fragilidad

 

Audrey era trasparente. Su mirada parecía conjugar el enigma y la fragilidad. Eso dice su hijo “era como se la veía en las películas. Una mujer con un fondo de tristeza y una tendencia a dudar constantemente de sí misma”. Acaso la fotogenia forme parte del prodigio, al que contribuyen de forma entusiasta los fabricantes de realidad desde revistas, periódicos y pantallas. Pero ella era así.

Sean Hepburn Ferrer, ha invertido el orden tradicional de sus apellidos. Es hijo del  actor Mel Ferrer. El menor de los Hepburn significa que Audrey “Cuando quiso tener familia dejo el cine y nosotros solo la hemos visto como madre”. La infancia de ellos fue mucho mejor que la de su progenitora “su infancia transcurrió en la Segunda Guerra Mundial en Holanda. Se pasaba días enteros en la cama leyendo para olvidarse del hambre». El hecho de que su padre desertara del Ejército y la familia al inicio de la contienda “también le dejo heridas en el corazón. Solo volvió cuando ya mi madre era una estrella” De ahí ese halo de melancolía que la impregna de misticismo. La última parte de su vida la dedico a colaborar con Unicef y a tratar de evitar que la tristeza  marcara la existencia de otros niños. Es por eso que su hija Sean Hepburn dedicará los beneficios de su libro al Fondo Audrey Hepburn para la Infancia, que él mismo alienta. “Todo tipo de soporte para los desfavorecidos en bueno –dice a Vanitatis- me lo enseño mi madre”. Audrey estuvo casada en dos ocasiones, la primera con el actor Mel Ferrer, con el que tuvo a Sean, que actualmente gestiona la fundación Audrey Hepburn Childhood, y la segunda con Andrea Dotti, un médico italiano con quien tuvo su segundo hijo, Luca.

Sean con su madre la mitica actriz

Enma su nieta de 20 años continua su legado 

 

Audrey Hepburn murió a los 63 años en Suiza, después de que se le diagnosticara un cáncer que no remitió tras una primera operación. Como recuerda su hijo, «murió en paz. Sentía que la muerte era parte natural de la vida». Y ahora tiene una sucesora: su nieta Enma que podría ser la nueva Holly con gafas de sol y moño alto, una muchacha de veinte años que cuando está deprimida se come el croissant frente a Tiffany’s, la tienda de joyas más exquisita del mundo que inmortalizo un día su abuela.

En septiembre aparecerán las primeras fotos inmoralizando al icono de la historia de Hollywood.