(Amparo de la Gama) «Opium» se ha hecho con uno de los puestos más altos en el top de los “beach clubs” de Europa, un destinos clave para el turismo de lujo cuyo concepto ha causado auténtico furor poniéndose a Marbella en el mapa de los de más nivel como los de Miami, Saint Tropez, Marrakech, Dubái, Monte Carlo o Porto Heli. Desde hoy viernes el club se acoge a la nueva normalidad y abre sus puertas con todo tipo de propuestas. Su nueva directora de gestión, la valenciana Bárbara Moro señala a “Encuentroscon” las nuevas apuestas de la empresa entre las que se encuentran el “chillout” donde se podrá ver los atardeceres más espectaculares de la costa,y escuchar música hasta las tres de la mañana mirando al mar.
Parte de la magia de este lugar proviene del vaivén de las olas y de su encuentro frontal con la orilla. Desde su apertura se ha convertido una leyenda entre los correligionarios de este tipo de club, que saben que aquí se ofrece «lo cool, lo sexy, lo glamouroso» para un día de playa. En este “beach” no hay tour operadores que intoxiquen el recinto. Solo príncipes árabes o celebritis que adornan el panorama. La elección del público es muy selecta “precisamente para que el cliente se sienta lo más cómodo posible y su visita al club sea recordada como algo especial”.
Desde que los hermano Bordas se asociaron a este proyecto Opium Marbella se ha unido a los mega club como Opium Londres. Precisamente este emplazamiento de ultradiseño, quiso ser adquirido por los hombres de Abel Matutes de Ibiza para convertirlo en un “Ushuaïa”, pero al final se llevó el gato al agua los catalanes poniéndolo en el punto de mira de la aristocracia europea.
Su blanco albo como señas de identidad con la imagen corporativa. En su amplio espacio se reparten entre tumbonas a pie de playa, camas balinesas y los márgenes de la piscina. La banda en directo, con saxofonista y batería incluidos, las bailarinas y animadores y la música ‘house’ más aplaudida del momento, se fusionan para crear un ambiente realmente especial. La fiesta culmina en la piscina de agua salada donde el público se balancea en el “flamingo blanco”.
Fair niente en Opium
Uno de los mejores reclamos en este club es el de abandonarse al muy dulce ‘no hacer nada’, mientras el sol se esconde o sale, y a la que se puede arribar en barco. La tarde es para las fiestas temáticas y los djs marcan su ritmo. El diseño, muy étnico con sus atrapa sueños son ya sus señas de identidad en el tardeo. Los precios oscilan entre las camas más caras de 2000 e a otras más sencillas de 300 e donde el público puede consumir los extravagantes mojitos de cuatro litros o un refinado Moet Chandon.
Volován de Mar en “restaurant @ beach club”
Su apuesta gastronómica en el “restaurant @ beach club” se enfoca hacia el público internacional, dando mucha importancia a la cocina mediterránea. Los visitantes podrán disfrutar de ricas carnes hechas en parrilla argentina. El espacio de moda se completa con la zona de sishas, una boutique de moda y hasta un exclusivo servicio de atención para yates. Según la empresaria Bárbara Moro, el objetivo es «conseguir que nuestros clientes gocen de la naturaleza y del mágico espectáculo que nos brinda cada día este mar mediterráneo que nos toca los pies, pero dotando a esos momentos de un toque de lujo y exclusividad”.