(Amparo de la Gama) El romance de princesa Diana y su apuesto jinete James Hewitt, ahora resucitado en la serie “The Crown” de Netflix, continua levantando ampollas en el público más puritano que sigue sus episodios. Y es que hay verdades, que duelen mas que la pura ficción. La misma Lady Di reconoció públicamente, haber cometido adulterio con el ex militar. Así lo contó en un programa de televisión. En una entrevista que le hicieron en 1995, en la que significó públicamente: «le adoré, si pero fui abandonada por él». Aunque en la serie “The Crown”, muestra que la pareja tenía sus “apasionados encuentros” en la mansión de la princesa Diana, con al estampa escondiéndose entre las columnas del patio, lo cierto es que la joven “Di” nunca se arriesgo a tanto. Los “encuentros” de la pareja sucedían en la casa Shirleyr Hewitt, la madre del jinete en Exeter. Lugar al que regreso James tras dejar Marbella arruinado por las deudas de ‘The Polo House’, el restaurante que monto en plena Milla de Oro. Muchos le han llamado el santuario del declive social del dandy ingles, demandado y embargado por la justicia española. James Hewitt, cabalgo del oropel británico, al exilio marbellí. Y es que el jinete más codiciado por la sociedad británica paso de la noche a la mañana de los brazos de una princesa, Lady Diana a las garras de una bruja, española llamada Aramis Fuster. Tras su destierro forzoso, en una tierra de nadie, el militar aviejado y sin galones, hace temblar a algunos de nuevo, con la amenaza de volver al escenario mediático, tras “The Crown”, abogando por la paternidad del príncipe Enrique, duque de Sussex y nieto de la reina de Inglaterra.

The Polo House: la decadencia de Hewitt
El decadente Jame Hewitt, llego a Marbella prendido del brazo de una de sus novias españolas. Poco quedaba ya en esa fecha, del apuesto caballero que se jactaba en su país de haber de haberse metido en la cama de Diana de Gales. Era el año 2009 y por aquel entonces en la Costa del Sol, todavía relumbraban sus galones de fama, entre ciertos sectores de la población británica. Y eso que en Reino Unido, ya había sido declarado persona “non grata”, tras publicar el libro “Nuestro amor prohibido”, y la venta de las 64 cartas de amor de la princesa. En España, fue el ministro del PP Manuel Pimentel, con su editorial Almuzara, quien publicara la obra de Hewitt. En uno de sus capítulos mas polémicos, el galán narraba, que cuando servia como militar a la Guerra del Golfo contra Irak, le preguntó a la princesa Diana, si se casaría con él, si lograba salir vivo de la batalla, a lo que, ella contestó: «sí». Y con ese “Si” ya Hewitt tuvo batería para los mejores titulares de la prensa mundial.
Así que con esa fama de “Don Juan” colgado del brazo, se atrevió a cruzar la diagonal de la Milla de Oro marbellí y apostándose muy cerca de Marbella Club, abrió de ‘The Polo House’, un santuario de “britis” que duro cerca de cuatro años y donde a manera de epístolas, hasta le leía las frases mas suculentas de su libro, a los comensales que se lo pedían.
En una de las mesas de ”P.H”, la redactora que suscribe esta información, mantuvo una entrevista con él y le llego a preguntar, que de donde venían los rumores de su presunta paternidad del príncipe Enrique. A dicha pregunta y siempre rellenando el vaso con el siguiente “güisqui”, contesaba socarrón tocándose su cara: “¿Qué de donde? Mira al príncipe y mírame a mi ¿Sabes lo que es una calcamonia? Señorita, ¿le gusta su respuesta?”. La ambigüedad siempre fue su mejor baza. Aunque ya en su día, la información de que podría ser padre del príncipe Harry fue negada por Diana y por él, nunca nadie se lo creyó del todo. Ambos adujeron, que cuando se conocieron, el pequeño ya había nacido.
Los 100 cubiertos en The Polo Hoouse
La manida broma de: “Buenas noches, príncipe James”, por el parecido con Harry, era parte del juego de muchos de los visitantes que acudían a pasar la velada a “The Polo Hoouse”. El entraba a todo. Cuantas más risas, la caja más subía. Y el trueque de libras por euros era necesario, y mas el ultimo año que prácticamente estaba arruinado. Tanto era así, que la necesidad imperante de James Hewitt de conseguir líquido, pasaba hasta por la misma parodia. Uno de los últimos eventos que celebro el empresario en Marbella, fue el enlace del príncipe Guillermo y Kate Middleton (según él del hermanastro de su hijo Harry como ya decía con el «burbon» en mano en dicha cena). Ese día hizo lleno en el restaurante. Las cien plazas disponibles para los comensales de la cena especial, con motivo de la boda real británica quedaron cubiertas al completo. Cierto sector de la comunidad británica asentada en la Costa Sol, protesto porque la organización de la fiesta: «no fue de lo mas acertado y siempre este señor está jugando con el morbo de sus relaciones». Al que fuera profesor de equitación de Diana de Gales, le daba igual cualquier comentario. Cada vez que acudía a las inauguraciones en Marbella derrochaba simpatía y amabilidad. Era su manera de captar clientes para su particular club de la Milla de Oro.

Aramis, con un pan debajo del brazo
A pesar de sus destellos de solemnidad, la verdadera biografía de Hewitt en Marbella era triste. Noches largas con una botella al lado queriendo hacer eterna la barra del bar, reproduciendo una y otra vez la existencia de la que disfrutaba en Londres. Y en una de esas veladas, el cuento de la princesa se transformo en el tétrico relato de la bruja que le devoro con la pócima de la pasión. La vidente Armáis Fuster y James fueron presentados por unos amigos comunes en Marbella y hasta el “Daily Mail”, dedico una de sus páginas a los amoríos de la bruja con James Hewitt. El sonado affaire, que ella se encargó de publicitar convenientemente, a través de diferentes reportajes en la que hablo con pelos y señales de lo que aseguraba ser, “un romance profundo”. En su día la prensa británica presento a Aramis como: “Una celebridad española menor con unas inmensas ganas de conseguir la fama”. La vidente, nos comentaba a este medio en aquella época que: “Fue lujuria a primera vista”, y aseguro que aunque ella suele hacer pociones amorosas, “con James no fue necesario. Tanta pasión había entre nosotros, que estando juntos en un coche, las ventanas se llenaron tanto de vaho que tuve que limpiarlas con un pañuelo antes de poder arrancar”. Lo mejor de todas estas andanzas, es que la vidente hasta hablo de las preferencias por el sexo tántrico del militar. Lo cierto es que al igual que las instantáneas de Diana y él recorrieron le catapultaron en el mundo entero, las de Hewitt y Aramis cogidos del brazo por Puerto Banus fueron el entierro del cotizado dandy.
Su temida nueva aparición tras “The Crown”
En Inglaterra todos están convencidos que James ha visto la serie de Netflix. Así se lo ha hecho llegar a algún conocido. Ahora el eterno galán, metido en sobrepeso y sin disimular sus canas, se le ve de vez en cuando por Chelsea. Pero ya nadie lo reconoce. Una de las ultimas ocasiones que apareció públicamente, fue hablando de la polémica obra de teatro, aprobada por él, donde sostenía que el romance con la princesa de Gales comenzó dieciocho meses antes, del nacimiento del heredero al trono, según afirma The Daily Telegraph. Los ingleses se temen que ahora, tras resucitar su aparición en The Crown, Hewitt maestro perfecto de cargar las palabras con pólvora, este dispuesto a seguir lanzando sus balas certeras contra la monarquía inglesa.