Fallece Regina Zylberberg, la reina de la noche marbellí, que todos querían sentarse con ella en su mítico “night clubbing”

mayo 4, 2022 Amparo de la Gama

(Amparo de la Gama) Como toda leyenda que se precie, Régine, cantante, empresaria y mujer de negocios, hizo buen uso del ‘el bon vivre’. Lo hizo en la Marbella Dorada. Ella fue la indiscutible reina de la noche, apelativo con el que no comulgaba cuando se lo llamaban en su night club. Prefería que la llamaran sencillamente ‘anfitriona’. Régine Zylberberg falleció este domingo a los 92 años, según anunció su nieta, Daphne Rotcajg: «Régine nos dejó tranquilamente este 1 de mayo».

Y con la misma sencillez que se fue, vivió. A Régine la conoció la ‘Ciudad del canto sin dueño’, con la que mantuvo una relación especial. La juerga nocturna ya estaba inventada en Marbella, pero fue esta belga quien la puso en alza y quien vio primero un negocio rentable en un pequeño local de Puente Romano, donde luego la sucedería Olivia Valere.

placeholder Régine, junto a Michael Jackson.(Cortesía)
Régine, junto a Michael Jackson.(Cortesía)

Corría el año 1979 cuando la musa de la noche francesa aterrizó en Marbella, que apareció ante sus ojos como un lugar privilegiado. Ella misma se encargaría de demostrarlo andando el tiempo. Enseguida vio factible trasladar el glamour de París a la pequeña ciudad de pescadores que levitaban en Regine’s, un lugar sin tabúes donde esta maga de la noche combinaba el ingenio, la fantasía y los sueños. Por allí desfiló hasta el mismísimo Osama Bin Laden, el hombre más buscado del mundo, que estuvo allí.

Régine Zylberberg tuvo un imperio de salas de baile, danzó con todas las celebridades que quiso y le enseñó cómo bailar el twist al mismísimo Michael Jackson entre carcajadas. La empresaria fallecida presumió de tener una vida en la que no faltó de nada. En su infancia se escondió de los nazis y en su haber hay fotos con Grace Jones, Andy Warhol, Harrison Ford, Sylvester Stallone, Alain Delon, Jane Birkin, Liza Minnelli, Julio Iglesias o Stevie Wonder.

Marta Chávarri, asidua a las fiestas temáticas

En aquellos años en los que Régine llegó a Marbella, esta era un reducto de aristócratas sedientos de luz y buena vida. Bajaban de toda Europa tentados por los placeres de la Costa del Sol. Marbella conquistó así a la sociedad internacional más exquisita y Régine se llevó los honores. Una de las ideas que triunfaron en su templo nocturno, en la Marbella Dorada, fue la de hacer fiestas temáticas. Algunos decían que eran tan especiales porque suponían los cumpleaños que nunca tuvo ella de niña. Desde Barbarella, el año nuevo ruso, la noche marroquí o la taberna de marineros, donde se apuraban en las mesas el mejor Don Pernignon hasta altas horas de la madrugada. Eso sí, ella ni bebía ni se drogaba.

placeholder Régine con Miterrand.(Cortesía)
Régine con Miterrand.(Cortesía)

Estas fiestas eran muy codiciadas por la aristocracia de entonces. Marta Chávarri, por ejemplo, no se perdía ni una. La estrategia de restringir la entrada en el minúsculo templo de Puente Romano creaba un empeño voraz por estar allí, por ser un privilegiado y estar en las listas de los elegidos que podían entrar a la mítica fiesta de la diosa de la noche.

Ella misma lo narró en su libro de memorias, ‘Gueule de nuit’: “Para que viniera la gente, empezaba rechazando a unos cuantos. Eso generaba deseo. Ponía una alfombra roja y filtraba con muchísima severidad quién entraba y quién no”. Otra de las innovadoras apuestas de Régine fue la de la fusión: confiaba en que el éxito podía estar en mezclar a ‘los Choris’ con Michael Jackson en la pista. Lo original estaba en la mezcla. Uno de los requisitos para ser un personaje ‘Régine’ era ser original y extremadamente divertido.

El ‘leit motiv’ de cantar en la pista

El ‘leit motiv’ de entonces lo constituían las lentejuelas de Gunilla y las alegres gansadas de Jaime de Mora en pista de Regine´s. La empresaria había iniciado una carrera musical a los 20 años que, aunque no fue muy extensa, sí hizo que algunas de las canciones se las supiese de memoria media Francia. La famosa, ‘Les petits papiers’, compuesta por Gainsbourg, se estudia en los colegios y, como ella misma decía, “forma parte del patrimonio de la canción francesa”. En Regine´s, Marbella siempre esperaba un rato para salir a la pista y con su voz como señuelo, empezaba el espectáculo. Para ella compusieron todos los grandes del momento, desde Gainsbourg hasta Aznavour, y estas canciones a media luz en las noches de verano provocaban el lleno en su discoteca. Allí la aristocracia de entonces entonaba ‘La vie en rose’ efusivamente.

En una entrevista concedida a la revista ‘Gala’, ella explicaba por qué se dedicó al negocio de las discotecas y no al de su carrera musical: “¿Qué por qué no renuncié a las discotecas? Porque me permitían ganarme muy bien la vida. Ver a mis artistas deprimidos, casi al borde del suicidio porque no tenían ningún éxito en la radio o ninguna película en cartelera, me hizo reflexionar. No era el tipo de vida que me correspondía. La noche, sí. Recibir gente, darles momentos de alegría y de buen humor, propiciar los encuentros, promover las amistades… Eso sí, eso me llenaba”.

De la sucesión de Olivia Valere a Netflix

Apergaminada entre sus recuerdos, Régine se ha ido a los 92 años con más vida que muchos de los que presumen haber vivido hasta la extenuación. Superó varias tragedias y a los 90 años publicó un recopilatorio de sus vivencias. Netflix se interesó por llevar su vida a la pantalla y puede que en los próximos meses podamos ver en quedó ese acuerdo. Con el reality ‘La Ferme Celebrités’, al que ella misma califico de “un infierno, repugnante”, consiguió una popularidad inaudita entre una juventud que también la adora.

Tras su muerte comienza la leyenda de Régine, la femme fatale que erigió un imperio de 23 clubes en tres continentes. Lagerferd diría de ella que “simplemente inventó el night clubbing”. Después de que se fuera de Marbella, la sucedió en el trono Olivia Valère, que llegó en 1984 invitada por la cantante coreana Kimera. Pero el rastro de Régine siempre se dejó notar.