Amparo de la Gama
(Amparo de la Gama) Anita Delgado, la impía Maharaní malagueña que llego a ser princesa de Kapurthala, va a ser homenajeada, a lo grande en su tierra natal. “Hay que darle el lugar que se merece y el reconocimiento que le corresponde”, nos avanza Noelia Losada, concejala de Cultura de Málaga. Esta distinción viene dentro de los homenajes que se aprobaron por la comisión de Cultura y Patrimonio Histórico del Parlamento andaluz, con el respaldo unánime de los grupos políticos, presentada por Ciudadanos para reconocer la figura de la «la Princesa India», y su «contribución a la lucha por los derechos de la mujer». Según la diputada, Teresa Pardo, impulsora de esta iniciativa: “La idea surge cuando escucho de la boca de mi madre, todas las historias magnificas que me contaba de esta mujer adelantada a su tiempo, que ha sido reconocida fuera de España y aquí en su tierra, aún no se le había dado su lugar, y eso me calo” se expresa a nuestro medio.
La insólita historia de esta joven cantante de cuplés, que causó furor en la España de los años 20 está ahora en alza: “Entre los logros que consiguió, están los de realizar actividades vetadas a la mujer a comienzos del siglo XX en la India, y ponerlos en marcha. Se opuso a las bodas de niñas en aquel país, y llego a fundar una organización para ayudar a los soldados indios que participaron en la Primera Guerra Mundial. Ha sido una gran pionera de nuestra tierra y gran feminista. Y por eso debíamos darle su lugar con este homenaje”, sentencia la diputada a Portfolio. Es por eso, que, dentro del ámbito cultural, “Málaga hace historia”, donde se instalan placas conmemorativas en edificios y lugares de la ciudad, en los que tuvieron lugar hechos de un claro significado histórico, ya se ha encargado la de Anita, igual que en su día la tuvo Ernest Hemingway. En este marco de acciones, tendrá lugar una exposición paralela en el palacio del Obispo, con una extensa muestra de la colección de objetos personales de la malagueña, facilitados por el productor Juan Antonio Casado que guarda como oro en paño estos objetos en Madrid. “Tengo más de 500 objetos de Anita que adquirí en una galería y que ahora están en mi propiedad. Hay hasta una carta de Machado, Joyas y muebles, el abanico que le regalo Alfonso XIII cuando fue a Málaga y mucho más. Debería haber un museo en Málaga que albergara todo este legado” reclama el productor.
Penélope Cruz soñó con ser Anita
Muchos son los proyectos cinematográficos que se han pergeñado, para llevar a la gran pantalla la vida de Anita Delgado. Pero hasta el momento ninguno ha dado su fruto. El escritor Javier Moro, con su plástico lenguaje creo con “Pasión India” su propia “movie” literaria. En una entrevista, que mantiene con este medio, significa que: “Es una producción muy cara que hasta ahora ha sido imposible realizarla. Cuando el libro se publicó, Penélope Cruz, adquirió los derechos para convertir en «hit» cinematográfico mi best-seller. Ella soñaba con ser Anita”. La actriz quedo fascinada con este personaje y en su día hasta se anunció en el diario ‘Times of India’, que “Pe”, viajaría a India para buscar localizaciones para la película ‘La princesa de Kapurtala’. Pero ese rodaje nunca se llevó a cabo. Aunque inicialmente la actriz había comprado los derechos de la novela “Pasión India” para este cometido, al final caducaron: “Es que se juntó todo- puntualiza Moro- El nieto del maharajá de Kapurthala, en la India, me amenazo con una guerra en los tribunales, porque decía que atentaba contra el derecho al honor, el que yo contara las andanzas mujeriegas de su abuelo. Así que, entre estos temas judiciales y que Penélope estaba asociada para esta producción al grupo Prisa y Polanco acaba de morir, todo se torció y el rodaje nunca llego a realizarse”.
La ira de Shatrujit Singh, heredero del maharajá, destruyo el proyecto y la oportunidad de poner a Kapurthala en los más alto del mapa. El indio no ocultó su ira contra el premio Planeta, al que acusó sin tapujos de “mentiroso” y de haber “humillado la memoria” de su antepasado. En un comunicado se informó: “No tenemos nada contra Penélope, a la que seguramente Moro ha desinformado. Nosotros estaríamos encantados de que protagonizase una película sobre la vida real de la princesa Anita, pero no está basura. Y así Singh, nos privó de ver a una Penélope Cruz a lomos de un elefante entrando triunfal, como una autentica Anita Delgado, en la India de los Marajás. “Fíjate-sigue Moro- que luego las amenazas judiciales quedaron en nada. Yo tenía la información de que el marido de Anita Delgado, había dejado embarazada a una camarera del hotel Savoy, y antes de que toda esta historia volviera a removerse, el nieto prefirió retirar todo ya que yo tenía esas informaciones muy documentados”. Ahora es el productor Juan Antonio Casado, productor de la película “El jugador de ajedrez” el que va llevar en una serie titulada “La princesa de Kapurthala, todos los secretos del maharajá de Kapurthala y Anita Delgado, guionizando en cuatro temporadas la obra de Elisa Vázquez. “Tenemos todo el apoyo de la embajada de la India y con Michael Radford. Va a ser un formato tipo como la serie inglesa “The Crown” con un elenco de actores espectaculares. Estos días estamos cerrando toda la producción y en mayo tendremos respuestas a muchas preguntas”, significa el productor, que ha pensado que Ana de Armas, podría ser una excelente Anita Delgado.
Justicia póstuma
Javier Moro, que se encuentra estos días en Washington, preparando su próxima novela, que verá la luz este otoño, argumenta que: “este homenaje de la cámara autonómica andaluza solo hace justicia póstuma a una mujer vilipendiada en su momento. Bellísima y de enorme carisma, como era Anita Delgado Briones, que enamoró a Jagatjit Singh durante una actuación en el café bar madrileño Central-Kursaal, llegó a casarse y tener un hijo con el Maharajá. Escandalizó y provocó admiración por igual entre los embajadores y príncipes de la India británica y vivió su gran amor secreto hasta las últimas consecuencias”. De todos los ríos de tinta, que se han vertido hasta ahora de la célebre malagueña, sin duda ha sido el libro del premio Planeta Javier Moro, el que ha conseguido inmortalizar a este icono del panorama internacional, con su novela “Pasión India”, que vendió mas de un millón y medio de ejemplares. De esa manera nos acercó en su betseller, a este inmemorial personaje, que hizo la boda del año con el maharajá de Kapurthala en 1908. Hoy el escritor madrileño, 114 años después, llega de nuevo a las bibliotecas británicas, con una edición en inglés, para recordarle al pueblo que domino a la India, las beldades de esta historia de amor y traición, que se desgranó durante casi dos décadas, en el corazón de un país a punto de extinguirse. Esta historia le ha marcado a Moro en su trayectoria como escritor: “Antes de escribir “Pasión India” yo ya había publicado cinco libros. Pero este libro que fue de gran éxito, contaba con un elemento de “fairy tales”, que llaman los ingleses, de cuento de hadas, de pobre niña española que acaba siendo cenicienta. Este arquetipo que suele funcionar está arropado por un decorado muy exótico y una historia de amor que le da fuerza”.
Querían envenenar a Anita
Javier Moro, es gran conocedor de la India y se encontraba en el momento que empezó a descubrir a Anita Delgado, cubriendo los desastres de Bhopal. “Aun lo recuerdo como si fuera ayer. En un coctel al que asistí, conocí a la prima del maharajá de Kapurthala, que me empezó a hablar de esta fascinante mujer. Ahí fue cuando vislumbre que había un relato muy interesante, que me permitía contar toda una parte de la historia de la India, que a mí me interesaba mucho, que era el tema de la dominación inglesa. Empecé a visitar los lugares donde estuvo Anita y hablar con familiares, sirviente y gente que la conoció. Más que una historia de amor, fue una historia sobre una India que ya no existe, la del final del imperio británico, que me parece fascinante. Quería darme el gustazo de escribir algo que no tuviera una carga social, tan fuerte como la de mis otros libros, que hice para aportar mi granito de arena a causas diversas y olvidadas. Pensaba que sería un libro de transición hacia otros temas. Y así fue”. El escritor recuerda que algunos de los familiares del maharajá que, entrevisto para este libro, estaban convencidos de que “Anita le había hecho un sortilegio y había embrujado a su marido. El príncipe tenía cuatro esposas, pero solo vivía con Anita, ellas eran solo parte de su harén. Estas querían envenenar a Anita Delgado porque la consideraban una bruja. Lo cierto es que su llegada a la India fue un auténtico terremoto”
“No era una feminista”
La mayoría de los españoles descubrieron a Anita Delgado gracias a Javier Moro. “Era osada y descarada. Embaucaba. Desde el principio a mí me fascino de Anita su arrojo. Ella era una andaluza salerosa, que vio cómo su destino, cambió para siempre, cuando su mirada se cruzó con la de Jagatjit Singh. Ella llega a Kapurthala con 17 años, y quedó magnetizada por todo aquel boato. Convertirse en princesa fue muy fuerte para una niña, que actuaba como bailarina telonera en Madrid. Ella era muy libre, muy lista, con la gracia andaluza de su Málaga natal, y se adaptó bien a las circunstancias”.
Ahora, el premio Planeta, aplaude la iniciativa del Parlamento andaluz, para reconocer la figura de la malagueña Anita Delgado: “Ya era hora. Pero si quiero resaltar que ella no fue ninguna feminista. Solo ha sido el producto de una época. Una mujer ninguneada por la historia, que no le dieron jamás su lugar y que fue marginada por buscar su sitio. Pero de ella se tiene que saber, que nunca lucho por los derechos de las mujeres. Yo la definiría como una mujer progresista. Pero de ahí a pintarla como un emblema del feminismo, no”.
Su único hijo murió de cáncer
Jagatjit Singh, maharajá de Kapurthala, conoció a Anita en un teatro de variedades, donde la malagueña junto a su hermana Victoria, actuaban como el dúo de baile “Las Camelias”. Su infancia la habían pasado en Málaga, donde sus padres tenían una cafetería, La Castaña, pero tras varios problemas económicos viajaron a Madrid. El maharajá no lo tuvo fácil. Tras sentir un flechazo por la joven malagueña, comenzó un cortejo que no daba frutos, ya que se encontraba con la oposición de los padres, que no veían sensato que su hija se marchara al otro lado del mundo. Cuando la familia de la malagueña, y la del noble indio, se pusieron de acuerdo hubo dos casamientos. Una boda civil en París en 1907, donde en la ciudad del Sena, Anita como maharaní de la India, comenzó su preparación para su vida en el país asiático. Aprendiendo inglés, el dialecto local de su marido, protocolo y vestimenta. Y un año más tarde, se celebró la boda por el rito sij, la religión de la familia que duró 10 días, en el palacio en Kapurthala, donde el maharajá había construido un palacio réplica de Versalles para su quinta esposa. Comenzó así una vida de lujos, viajes por Europa y Estados Unidos. Y así, en medio de todos estos estipendios llego a sus vidas su hijo, Ajit Singh” Su hijo fue un amante de todo lo español. Le gustaba la fiesta y los toros. Fue diplomático de la embajada india en Argentina y murió de cáncer”, nos explica Moro.
El manto impío que querían tirar al mar
Una de las historias de la intensa vida de Anita, que más le gusta contar al escritor madrileño, es el episodio del manto de la Virgen de la Victoria patrona de Málaga. Anita siempre fue fiel creyente de esta Virgen y cuando el parto de su primer hijo se complicó, ella hizo una promesa: le prometió a su Virgen de la Victoria que, si salía de ese trance, le regalaría el manto de ceremonia más bonito que jamás se hubiera visto. La joya se la envió de la casa de modas de París Chez Paquín, y ahora luce en el camarín, acompañando a la imagen de la Virgen de la Victoria, y convirtiéndose en uno de los objetos más preciados en el ajuar de la patrona de Málaga y no sólo por el valor económico de esta confección única para la época, sino por la historia que acompaña el regalo. En el año 1927 fecha del obsequio del manto, seguía habiendo muchos recelos hacia la figura de ella: su boda con el maharajá de Kapurthala en la India por el rito sij, era interpretado por la sociedad malagueña de principios de siglo XX como una traición a la fe católica, un estigma que la acompañó hasta la muerte. Javier Moro explica a nuestro medio que: “Tras su fallecimiento hubo pegas para que fuera enterrada en un ‘camposanto porque era un personaje impío. Luego se la enterró en el Sacramental de San Justo, San Millán y Santa Cruz, parte del cementerio de San Isidro donde también se encuentran las tumbas de José de Espronceda o de Larra. El manto con el que la maharaní cumplía su promesa con la Virgen también fue guardado en un cajón durante años, ya que las camareras de la época no veían con buenos ojos aquella donación pagana”. Los mismos cofrades de la Virgen de la Victoria, quisieron tirarlo al mar, y tuvo que ser el obispo de la época, el que tuvo que rescatarlo, consciente del valor de la prenda.
Moro, finaliza su relato, contando a Portfolio que los últimos años de Anita los paso como amante de su secretario: “Nunca se casaron porque si no perdería los derechos del legado del Maharajá. Así que mantuvo este amor de conveniencia, en el que se sintió cuidada por él y sus hijas, que la llamaban la “Tía Anita” y que guardaron durante mucho tiempo el mejor ajuar de la enigmática mujer llamada Anita Delgado”.