Sabina arrasa en los escenarios con su gira ‘contra todo pronóstico’: “La primera vez que me puse mi bombín fue en un rinconcito de Málaga”

mayo 8, 2023 Amparo de la Gama

 

(A. Gama /fotos S.Pina)  Un ictus no es nada. Y nada tiene que ver cuando se habla del maestro, ni edad, voz ronca, o letanías corpóreas, porque Joaquín Sabina nunca cumple años cuando está en su olimpo sagrado que es el escenario. Así lo demostró el maestro Sabina en el escenario del Martín Carpena en Málaga, donde se metió anoche en el bolsillo al público desde el minuto cero. Sabina no se cansa y guiño tras guiño hizo el alarde de tentar a su duende de la suerte y y como tras su caída en Madrid, los escenarios aún se le han hecho más inmensos. «Cuando era más joven la vida era dura y feliz», una vida en la que «mañana era nunca» y con dos frases más se hizo eterno durante las dos horas que duró el concierto. Tampoco faltaron los toques de nostalgia a la sucursal de La Mandrágora que tenía en la capital de la Costa del Sol, Zambra. Era su refugio en una «Málaga la bella» con «verdial» y «boquerón».  Y como no sacó a relucir que el clásico bombín que luce “se lo puso por primera vez en Málaga”. El el cantante de 74 años demostró estar en plena forma, con un concierto adaptado a sus tiempos, con sus músicos de toda la vida echándole “el capote” en algunos temas y acordándose de los que no están:  «Vamos a celebrar la vida, ahí una amiga que ya no está», y arranco como llora Chávela Vargas.

Momento del concierto . Foto Sara Pina

‘Una canción para la Magdalena’ junto a Mara Barros

Bombín blanco con cinta negra, y americana negra con rayas blancas y rojas, fue regalando canciones al público que no se cansaba de “pedirle más” después de dos horas sobre el escenario. Su banda le daba respiros, como Antonio de Diego que canto  con ‘La canción más hermosa del mundo’. Como siempre emociono el maestro con su apócrifa ‘Una canción para la Magdalena’ junto a Mara Barros, con una voz insuperable que luego corono con la ‘Y, sin embargo, te quiero’.  A Sabina no le faltaron las gracietas de “Marbella sin ti” o sus besos ‘Contigo’, porque los «amores que matan nunca mueren con más de 8.000 personas que no se cansaban de aplaudir y de pedir ‘19 días y 500 noches. El maestro no actuaba desde 2019 en Málaga. Con un negro de lo más chic, a manera de fundido le dieron las diez, las once … y lo público solo quería más y más. Pero los genios también duermen.