(Amparo de la Gama) Adriana Ugarte vive uno de los momentos más apacibles de su vida. A punto de estrenarse su nueva película en octubre, que da visibilidad a la problemática del cáncer, regresa de Tánger, con la mochila llena de excelentes intenciones. La actriz ha pasado unos días junto a su pareja Juan Antonio Rosas en “La maison blanche” de Tánger, donde ha iniciado un proyecto solidario para salvar animales en condiciones ínfimas. Como ella misma nos cuenta “Hice la formación de auxiliar veterinaria y pude ejercer en una clínica muy muy “activa” así que la ilusión es implicarme al 100% en este proyecto animalista.
El otoño se dispara caliente para Adriana, que desde hace dos años abandono Madrid y ahora vive en el campo cántabro con su chico. En la entrevista que nos concede habla de su nueva película que se estrena en octubre, sobre el tema del cáncer, dando visibilidad a esta enfermedad y a su entorno familiar. La artista vive uno de los periodos más felices y equilibrados de su vida y nos cuenta que vivir en pareja es perfecto: “Para mí, lo ideal es convivir como cómplices que desean profundamente la felicidad del otro”.
– “Tiempo entre costuras” te catapulto a lo más alto…amas Tánger donde la rodaste, y ahora vuelves de nuevo ¿te reconocen aun los tangerinos cuando te pierdes por la medina?
-La realidad es que no me reconocen por la calle, no sé si la serie ha “resucitado” como ha pasado en España en Netflix. Me han reconocido españoles turistas en la ciudad pero no personas locales. Y reconozco que esta sensación de anonimato me ha hecho relajarme mucho y sentirme más despreocupada y más natural. A Sira creo que no se tiene tan fresca como aquí.
-En esta ocasión, en vez de rodaje en Tánger, has estado en misión solidaria con un proyecto de ayuda animal que tienes en conjunto con tu chico… Háblame de este proyecto filantrópico.
-La realidad es que cuando llegamos no teníamos ningún proyecto elaborado para esta zona específica. Todo se empezó a gestar al descubrir la presencia masiva de gatos en las calles. Hablamos con vecinos de diferentes barrios y nos confirmaron que había ido en aumento en los últimos años y que se sentían desbordados. Asique hemos decidido ayudar.
-¿Qué proyecto queréis poner en marcha?
-Nuestro proyecto consiste en llevar a cabo una campaña de esterilización masiva en las calles de Tánger. La idea es usar clínicas, casas equipadas u hospitales móviles para llevarlo a cabo. Hice la formación de auxiliar veterinaria y pude ejercer en una clínica muy muy “activa” así que la ilusión es implicarme al 100% en el proyecto.
-Siempre agradeces a Juan José la sintonía que tiene contigo a nivel animalista y como se lo curra para ayudar a esos “bichejos” que tanto quieres…
-¡Sí! Esto es algo que hemos hecho y estamos elaborando juntos. Siempre habíamos estado vinculados a la ayuda animal y al unirnos, estos proyectos y planes se potencian y la realidad de vuelve más accesible. Imaginaos lo que podríamos conseguir entre muchas personas sensibles a realidades de este tipo.
-Ahora vives en pareja con Juan Antonio ¿Vivir de esta manera nos transforma, nos suma….nos enriquece?
-Compartir nuestra vida, ya sea con pareja, con familia, con amigos, con vecinos, nos transforma y nos enriquece. Por supuesto. Cuanto más íntimas son las relaciones más retadoras se vuelven. Siento que más nos confrontan. Muchas veces exigimos o esperamos de otra persona, cuidados o una protección que nosotros no nos proporcionamos. Nadie está en nuestra vida para salvarnos.
-En Tánger, te has buscado un lugar muy cultureta como es la Maison Blanche con la habitación de Goytisolo ¿Qué libro estás leyendo?
– Me gusta este lugar que homenajea a personas relevantes en el mundo de cultura y la humanidad. Yo tengo debilidad por la Ibn Batouta. Ahora estoy leyendo un libro que se llama “El árbol el Yoga”.
-Te encanta la poesía y escribir relatos cortos ¿para cuándo un libro escrito por ti?
-Me gusta mucho escribir, sí. A los 16 tuve mi punto álgido en una producción muy enriquecida por la búsqueda en el análisis extremo propio de la adolescencia jajjaja. Igual un día me lanzo a escribir algo más extenso o a recopilar los relatos de este momento de la vida tan especial.
-¿Qué te gusta comer? ¿Alimentación saludable?
-Me gusta mucho comer. COMER, así, en mayúsculas. Elijo comer de manera saludable porque me sienta mejor. Pero si la fritanga fuera sana, yo sería feliz.
-Ahora vuelves este otoño con una peli sobre el tema del cáncer…dando visibilidad a esta enfermedad y a su entorno familiar háblame de ella
-Sí, es una peli que narra cómo el enfermo decide vivir el cáncer y en qué situación deja a sus seres queridos, qué margen les da de cuidado o cercanía. Me parece una historia interesante, un dilema moral en torno al derecho que tenemos de guardar en secreto algo que condiciona en su raíz la vida de nuestros seres queridos.
-¿Tienes algún proyecto profesional más a la vista?
-Hay varios proyectos profesionales en el horizonte y os hablaré de ellos en cuanto se confirmen y me den permiso. Esto es una incógnita siempre!
– Tu vida desde que saliste de Madrid y te fuiste a Cantabria al campo ¿Cómo se ha transformado?
Ha sido un cambio profundo. Ya vivíamos en la sierra y esto ha sido una incursión intensa en la vida rural cántabra. Ha tenido momentos complicados, a ratos se ha hecho difícil. Y a la vez ha sido una de las etapas más ricas de mi vida. De mayor aprendizaje. Así que me siento muy agradecida. Desde aquí he podido sentir una fuerza interior que no conocía y la cercanía de personas que han sido una sorpresa.
-No tienes hijos y tus “peludos” son como tus bebes…. vivimos en una sociedad que a veces no entiende este concepto.
-Ufff yo no te diría que son mis bebés. Precisamente porque alude a algo humano. E imagino que se establecen relaciones diferentes con un cachorro animal y con un bebé humano. Lo que te puedo decir es que son mis seres queridos y en grado de amor no están ni por encima ni por debajo de otros seres amados en mi vida.
¿Qué opinas de que todavía se maten toros en España en aras del arte y la cultura en un espectáculo público?
-Que se sigan matando toros y que esto forme parte de nuestra cultura y se aluda a este espectáculo con la palabra arte, me parece insultante. Porque el arte y la violencia no pueden convivir. Arte es cuidarlos, proporcionarles una vida digna y respetarlos como seres vivos.