(Amparo de la Gama) Algunos le llaman el “Odín nórdico del futbol”, Erling Haaland, el delantero noruego del Manchester City, se llevó el triplete con el club inglés y muchos dicen que no es humano. En la Premier League, rompió el record de más goles en una temporada con 36 y en la Champions League, guio a su club al título con 12 tantos. El futbolista vive un momento de mieles en lo deportivo y en los negocios. Haaland sabe que el fútbol no se juega solo en el campo, sino en la mente y su cabeza da para mucho, porque la tiene tan entrenada como la pelota. De ahí su éxito en los negocios. El ultimo, su apuesta por Marbella. El mismo significa que: “Me encantan los retos” y ahora su inversión pasa por empresas de restauración en Marbella.
Desde la pandemia, el delantero empezó a frecuentar Marbella, cuando Noruega colocó en la Costa del Sol su base de operaciones para jugar partidos ante la imposibilidad de hacerlo en su país por las restricciones. Y desde que toco “La ciudad del canto sin dueño”, supo que este era su lugar en el mundo y se hizo un incondicional del municipio malagueño. Todo lo que hay en esta tierra le gusta, desde el clima a sus gentes y decidió comprarse una mansión por cerca de siete millones de euros, en Sierra Blanca y así ser vecino de Djokovic, con el que comparte una filosofía de vida muy similar, en cuanto a espiritualidad se refiere. Una vez en la ciudad y con un grupo de amigos empresarios de la restauración, ha empezado a invertir en negocios millonarios, tal como su última apuesta con el Estrella Michelin del Grupo Dani García y el Grupo Mosh, con los que se ha aliado para llevar a cabo el ambicioso proyecto de Clubs de Playa del Mediterráneo, donde el emblemático beach club La Cabane, junto a la firma italiana Dolce & Gabbana, se ha erigido este verano en el lugar de moda. El mismo chef Dani García en declaraciones a Encuentros nos afirma que: “Ha sido imposible resistirse a los encantos de un lugar tan icónico como La Cabane y tener a alguien como Halland como socio. Es un aliciente tenerle con nosotros y que pueda estar próximamente en otros proyectos como el que tenemos ahora entre manos del Aresbank”. Y es que como según nos anunció la estrella Michelin, otro del proyecto en el que está prevista la incursión del noruego, es el ambicioso local de restauración y ocio que se implantará en el edificio del antiguo Aresbank, localizado en la Milla de Oro de Marbella, y se hará realidad a lo largo del próximo año 2024. “Aún tenemos flecos sueltos, la sociedad esta aun por firmar, pero vamos firmes y adelante. El dueño del local ha tenido mucho “filin” con nosotros, es holandés y está muy contento con nuestro proyecto, hemos tenido mucha suerte de poder acceder. Te das cuenta de que muchas veces en esto, no es lo más importante el dinero. Sino tener afinidad con la propiedad”. Este negocio millonario, ubicado a escasos 100 metros de la costa marbellí y con una superficie superior a los 2.000 metros cuadrados con jardín exterior ya empieza a cobrar forma.
Una mansión al lado de la de Djokovic
En Marbella muchos dicen que “Haaland ya está españolizado”. A sus 23 años ya tiene casa, negocios y amigos en Marbella, donde acude en un jet privado cuando arriba a la ciudad. El ya conocía el municipio. Su padre Alf, que fue futbolista y tuvo que retirarse a los 30 años por fuertes lesiones, tiene también un inmueble en la ciudad. Erling quedo encandilado, con las beldades de la ciudad desde sus partidos en La Rosaleda, y regresa por estas tierras en cuanto tiene unas fechas libres. Una de las primeras cosas que hizo el delantero, es invertir en la ciudad, en una espectacular mansión en la zona de Sierra Blanca, muy cerca de la de la residencia del tenista Novak Djokovic. La vivienda costo alrededor de 7 millones de euros y ahí hace vida cada vez que viene: desde festejar el año pasado el Año Nuevo en Marbella, recuperarse de una de sus lesiones allí y concentrarse en los stage de las pretemporadas. Desde este lugar paradisiaco suele acudir a un campo de golf cercano a la zona. El golf es una de sus aficiones favoritas. Su salud la cuida al máximo, le encanta comer bien y se le ve asiduamente en los locales de sus socios, tanto en los de su “hermano” culinario Dani García, en los que posa en sus redes sociales junto al chef, o del grupo Mosh, como Aua, donde siempre elije la hamburguesa de wagyu, un chuletón de vaca finlandesa de un kilo o una lubina. Deportista disciplinado que recibió la herencia de padre futbolista profesional, y de su madre, excampeona de heptatlón, Haaland carece del gusto de juergas extremas, de las que hacen alarde otras estrellas del futbol. El mismo dice, que los mejores momentos los pasa cultivando la tierra con su tractor en unos terrenos de los que es propietario. Pero a su vez, el delantero del City no se pierde ningún sarao que se precie en Marbella, y si tiene que llegar por la tarde en su jet privado, pichar unas canciones de moda y coger el avión por la noche para marcharse lo hace. Fue el caso que protagonizo en uno de los restaurantes de Nueva Andalucía, en el que, en la inauguración, fue más estrella que en el campo.
Humilde y querido en Marbella
La gente en Marbella ya se ha acostumbrado a ver al deportista rulando por la ciudad como uno más. El mismo se tira al sol en la playa del Cable y cuando ve a los chiquillos jugando con un balón en la arena, se pone con ellos a hacer los mismos esprints que cuando él tenía 13 años. Esas imágenes se han hechos virales en redes sociales, viendo como el delantero participa con varios grupos que se entretienen con un balón en la orilla del mar y Haaland bromea con alguno de ellos mientras se van pasando la pelota sin que toque la arena de la playa. Y es que lo que más le gusta al “dios nórdico del futbol”, es poder jugar al sol. Atrás quedaron los días en Bryne, un pequeño pueblo en la costa oeste de tiempo frío y humedad donde siempre nevaba y tenía que jugar en un campo cubierto, con césped artificial. Es mas de día que de noche. Un perfeccionista que le interesa todo lo que le ayuda a progresar, incluso en lo que no tiene nada que ver con el fútbol. Dice no obsesionarse por las redes sociales usa gafas antiluz azul para que las pantallas no le impidan conciliar el sueño y desconecta el Wi-Fi por la noche porque dormir de un tirón para él es básico para su descanso. Todo ello va unido a la filosofía zen que practica. Algunos le llaman el “asceta marbellí”, porque uno de sus ejes principales es la meditación, el yoga o el mindfulness: una forma como Erling dice, de aligerar las cargas personales: liberar los pensamientos negativos. El atardecer en Marbella, es la hora calidoscópica, para entrar en su disciplina favorita: “Relajarse, intentar no pensar demasiado”. Ni siquiera, en si aupara o no, el balón de oro el próximo 30 de octubre, el galardón individual más prestigioso del fútbol con el que siempre soñó.