(Amparo de la Gama) Javier Cámara está consagrado como actor de referencia, en cualquier film que se precie en nuestro país. Saltó a la fama nacional con su participación en ‘¡Ay, señor, señor’, ha realizado proyectos internacionales como ‘Narcos’ y es ganador de dos premios Goya! El riojano no cesa de recibir reconocimientos. El último, el Premio Málaga en el Festival de Cine Español. Su filmografía es prolífica y exitosa, pero su vida personal es mucho más privada. Padre de mellizos por gestación subrogada, poco le gusta hablar de estos temas. Sí se sabe que sus hijos los tuvo en Estados Unidos en el 2017, donde los niños fueron gestados por vientre de alquiler. Su vivencia respecto a este tipo de paternidad, nunca ha sido tabú, él mismo cuando tuvo a sus hijos en sus brazos decía: «Yo tengo solo mi historia y la de gente que conozco. Y mi experiencia ha sido mágica, maravillosa, y solo me puede la emoción». Hoy que los pequeños (un niño y una niña) ya tienen 7 años, Encuentros le pregunta, ¿Qué le ha aportado la paternidad en su ciclo vital? y nos contesta que: “Mis hijos me han cambiado la vida, me han hecho ver el lado sensible de ella con mucha más profundidad que antes”. A ellos se ha referido como “dos diablillos que están todo el día jugando y se te va el día a su lado”. El actor, que acaba de estrenar su último proyecto teatral ‘Vania x Vania’, una versión de ‘Tío Vania’, del dramaturgo ruso Anton Chéjov, nos precisa que: “Soy un privilegiado, en la profesión de los pocos que trabajan anualmente y están diciendo no a cosas», mientras el 80% de la profesión está casi en paro, ganando poco dinero o subsistiendo de otras cosas».
Me marche a Madrid con una caja de chorizos
Su capacidad de meterse en la piel de quien se le presente en un guion, le ha dado una versatilidad que pocos tienen. «Cuando empezaba a descubrir mi sexualidad, que no era la que más entonaba con vivir en mi pueblo. Decidí marcharme de allí, de Albelda de Iregua, un pequeñito pueblo riojano. Yo no era muy buen estudiante. Repetí COU, pero ahí tenia al lado a Fernando un profesor de esos enrollados, que me dijo que en la Escuela de Arte Dramático aceptaban a estudiantes solo con segundo de BUP. Yo le pregunté: ¿Pero el teatro se estudia? y mira aquí me tienes, dices que soy valiente, pero te diré que las decisiones más importantes de mi vida las han tomado siempre otros por mí. Esos que vieron mi talento cuando yo no creía en él “. Su familia siempre ha sido un referente para el actor, vinculada al sector de la agricultura, pero con una faceta singularmente artística. Teodoro, su padre cantaba y tocaba el saxofón, las hermanas, la guitarra y sus tías siempre cantaban jotas. Asique para él, lo de dedicarse a la interpretación fue una gran opción. Fernando, “su profe de la suerte”, le aconsejo que se mudase a Madrid a probar suerte con el teatro, la otra opción era quedarse en el campo trabajando con su padre, asique “llene una maleta y una caja llena de chorizos que me había dado mi madre y para la capital», recuerda hoy sonriendo. Su padre falleció hace treinta años, pero ahora que el actor se ha vuelto a subir a las tablas, dice que piensa mucho en él cuando durante la obra parafrasea diálogos como: “si los pensamos, están», y es entonces cuando a Javier, le encantaría que a ese padre que tan poco le gustaba que su hijo fuese actor, le estuviese viendo: “porque mi padre era Tío Vania”.
Trabajo como acomodador de cine
En Madrid tuvo que trabajar como acomodador de cine para pagarse la carrera en la Real Escuela de Arte Dramático. Javier mantiene muy buenos recuerdos de esa etapa. » En esa Escuela, una profesora me pidió que me quitara las gafas y me dijo que tenía «los ojitos pequeños», por lo que no podría trabajar en cine ni en televisión, pero sí en el teatro, porque tenía «expresividad». Fue uno de los consejos más bonitos que me dieron, jajá, aunque claro ese consejo lleno de amor, no fue nada crítico. Fue una etapa de ubicación en el mundo por la mañana estaba en la escuela de arte dramático, haciendo los sueños, y luego veía la realidad de sacar adelante una función de teatro, la dificultad que eso conllevaba». Además de acomodador de cine, Javier Cámara ha sido camarero, ha trabajado con su padre en el campo y ha admitido que hasta los 14 años no pudo ver el mar. Javier significa que hay que tener valor para seguir experimentando todos los días. En su caso, revela que aprendió inglés con 35 años, lo que le abrió las puertas a producciones internacionales como la serie ‘El joven papa’, en cuyo rodaje, cuando le dijo la primera frase en inglés a Jude Law y este le contestó, le entraron «ganas de llorar». «Iba aguantándome las lágrimas». Javier ve a su alrededor mucho talento a diario, ¿Qué me queda por hacer, me preguntas? Conocer a esa avalancha de gente preparada, a la que solo le falta experiencia, y abrirles las manos a todo el que quiera venir, puesto que el talento está en los pueblos, donde ya no hay cines ni teatro, y ese talento hay que ir a buscarlo. Insisto: hay tanto talento que se desperdicia, que hay que buscarlo». Respecto a las críticas que está recibiendo el cine español con las “excesivas” subvenciones y “su baja calidad”, el actor precisa que, «Si es verdad que hay gente que se mete con este sector. Pero yo me sentaría con ellos a decirles que están equivocados. No he conocido a nadie que quiera hacer una mala película, desde el que pone una valla para cortar una calle hasta la estrella rutilante. ¿Hemos hecho películas malas? Muchas, porque son muy difíciles». El actor explica que él ya no le tiene «miedo a nada», tampoco a enfrentarse a su trabajo, que es «gloria bendita y me ha salvado la vida», aunque agrega que a medida que pasa el tiempo la responsabilidad «va creciendo más y más «.
“Amparo Baro me dijo una frase que se me clavó”
Javier Cámara significa, que una mujer que le marco en su carrera, fue Amparo Baro, nos cuenta que tiene con Amparo Baró una anécdota maravillosa de la época de “7 vidas”: “Ella fumaba mucho y un día la vi muy nerviosa y le pregunté que si lo estaba. Me dijo: va a más Javier, va a más. A mí esa frase se me clavó”. Hace ya 25 años, la televisión en España daba un paso de gigante con la primera sitcom nacional, ‘7 vidas’ y Javier Cámara, estaba ahí. Ahora el acto resalta, el gran momento que está viviendo el cine, con ese marcado toque femenino formado por las numerosas mujeres cineastas que están surgiendo ahora. “Hay muchísimas directoras brillantes y muchísimas chicas estudiando en las escuelas de artes. Tenemos que aplaudir este momento de lucha feminista, del momento de la mujer en nuestra profesión e ir todos de cabeza”, termina el actor.